Atado de pies y manos
Arrojado por un acantilado
Solo y desesperado
Cayendo hacia la muerte en picado
Sus gritos nadie escuchaba
Su voz ya estaba apagada
Por una mala jugada
Acabo donde no se esperaba
Esa noche no tuvo suerte
Escaba acostumbrado a ganar siempre
Un licenciado en jugar fuerte
No tembló en apostar con la muerte
Las cartas sobre la mesa
En su cara los nervios se reflejan
Brindando su ultima apuesta
El final de la buena racha esta cerca
Su cráneo se reventaba
Y su sangre todo lo salpicaba
La rocas punzante dibujaban
La mayor de sus obras macabras