Desde que supe amar, adiviné que Dios te había creado para mí
Desde que se me vio por donde fui, seguro de encontrarte, te busqué
Rendido, ante tus plantas, contemplé que mi alma, se encontraba, junto a ti
Te quise del momento en que te vi ay, te amo y mientras viva, te amaré
Como el arroyo que al manantial volvió las aguas de la mar, nunca saldrán
Es el destino que Dios nos dio que nuestras almas, no se apartaran
Bien puede entre los dos la mar correr bien puede entre los dos la mar arder
Bien pueden nuestras almas, no existir ay más nunca nuestro amor podrá cambiar
Desde que supe amar, adiviné que Dios te había creado para mí
Desde que se me vio por donde fui, seguro de encontrarte, te busqué