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Confira a Letra Compatriotamente

Mariano Torrent

Compatriotamente

Una nueva mañana, que es un
Simple etcétera en una ciudad de
Obreros, funcionarios y perífrasis de ocasión
Los cuerpos salen a la calle, con su embalaje
De tristezas personalizadas e inconfundibles

Los ojos enfermos de un martes que
Suda hielo los observa, con sus corazones
De piedra: Verdugos, mendigos, estropajos de
Experiencias arcaicas en incesante conflicto

Ya no se reconocen frente al espejo
Enmudecen, se intuyen fugitivos del canto
De las penas, de los cuentos

Anuncios multicolores exaltan una imperdible
Liquidación de sarcasmos aromáticos
El consumismo es una lista de
Compra arrugada con la que hay
Que cumplir por mandato mezquino

Los medios masivos de incomunicación
Continúan dogmáticamente empeñados en
Degradar hasta el último subsuelo de la
Chabacanería moral a este bendito país

Vacilantes sombras de harina dan vida a los
Pasos de peatones que conforman la sudorosa
Espalda de una república de esperanza rapada

Las manos de hogueras compartidas recuerdan
Una vez cada media hora que el tobogán de
Los atavismos es un salvoconducto mentiroso
El progreso ha firmado un acuerdo con la
Barbarie, y ser loco parece ser lo único razonable

Compatriotamente desfraternizados, cabos
Sueltos, auspiciados por antidepresivos
Negociando con la superstición de turno
Surfeando en un bravo mar de chapas onduladas

Se siente en las entrañas del presente
La violenta espada de las adicciones
Quebrantando a una nueva generación

¿Qué obtenemos a cambio de dar lo mejor
De nosotros mismos, sino lo peor de
Esta Argentina familiarizada con su Vía Crucis
Sistemático? Jugamos a elegir lo que duele menos
Mientras aprendemos a vivir estando muertos

El antepenúltimo clamor de los trabajadores
De este rebaño con pretensiones de nación
Es que su vida valga al menos
La mitad que la de un delincuente

Reventando los tímpanos del prójimo con
Canciones de nulo contenido poético, escondiendo el
Pasado en algún estante de toallas rotosas

Hasta los escafoides sienten el peso de la
Fatiga de los días interminables, y las venas
De las calles del suburbio maquinan otra abanación
Autoinducida, ¿cómo se dice basta con la
Boca muda, por tanto, gritar dudas encriptadas?

Ciervos de tristes dientes pastando avaricia, ciudadanos
Atontados, cansados de buscar prolegómenos para
Lo urgente, caudillos cada vez más
Lejos del ciudadano, dirimiendo intereses anacrónicos

El alfabeto de la luz oscurece más temprano, negando
Que la distraída uña de la pereza se ha
Clavado en el hombro de mi imperturbable patria

Relinchan los boxeadores que entrenan en los
Pantanos, cobra vida una cariátide solo para
Experimentar la liturgia de arrojar una piedra
Al mar, Una conspiración de peticiones mal
Deletreadas se despereza dentro de un lavarropas

Compatriotamente chisporroteados, en la llamarada
Ceremonial de la desconfianza, islotes mirando
El futuro con los ojos cerrados, retornando
A la barbarie de la que nunca salimos

Desgarradas las mejillas de un cuaderno
Bombardeado, palabras tiernas, fugitivas de
Bocas castigadas, lloran en un rincón

Siempre dando por sentado que unos vasos
De cerveza van a curarnos por un rato
Las heridas, mientras que los elegidos
Por el desanimado voto popular toman decisiones
Que nuevamente nos empujan cerca del ocaso
Y ya no existe la paz, ni siquiera en los retratos
Del pasado, solo persiste ambulante y compungido
El oscuro silencio que precede a las explosiones